Tecnología para la rehabilitación muscular

El dispositivo DINABANG creado en la Universidad de la República se exporta a cuatro países y aporta regalías a los fondos universitarios.

“El nuestro es un caso de éxito”, señaló Jorge Domínguez, uno de los creadores del equipo biomédico y de la empresa Movi que lo comercializa.

DINABANG es un dispositivo capaz de cuantificar la fuerza y la potencia muscular de pacientes en rehabilitación y de deportistas profesionales.

Comenzó utilizándose para el seguimiento de la rehabilitación muscular luego de una operación de ligamento cruzado de rodilla y luego se amplió su uso para medir otros grupos musculares, como por ejemplo los de brazos, hombros y pectorales.

El equipo biomédico mide fuerza, ángulo, torque y velocidad en tiempo real, lo que permite al fisioterapeuta acceder a información instantánea de lo que está pasando en cada momento del ejercicio.

DINABANG consiste en una cinta elástica atada a una tobillera con sensores de fuerza, acelerómetros y giroscopios, capaces de medir aceleraciones y velocidad angular. El aparato es transportable y se conecta a dispositivos móviles y a la historia clínica del paciente en forma inalámbrica.

La idea de desarrollar este dispositivo surgió en 2015 en el Núcleo de Ingeniería Biomédica (NIB), una iniciativa conjunta de las Facultades de Medicina e Ingeniería, ante la necesidad clínica de cuantificar la fuerza ejercida por pacientes en rehabilitación muscular.

Los ejercicios con cinta elástica son controlados por el fisioterapeuta quien sostiene la cinta con sus manos e indica al paciente cuánta fuerza tiene que realizar. Si se ejerce poca fuerza, el ejercicio es ineficaz; pero si se ejerce demasiada, puede provocar un desgarro.

Ante esta problemática, el fisioterapeuta y profesor agregado Darío Santos en conjunto con el coordinador del NIB, el ingeniero Franco Simini, concibieron y comenzaron a desarrollar un instrumento nuevo que pudiera cuantificar en tiempo real los valores de torque, fuerza muscular y velocidad de extensión o flexión de cadera para recuperar la musculatura del miembro inferior. Lo llamaron DINABANG. Inicialmente se aplicaría a pacientes en rehabilitación luego de la reconstrucción quirúrgica del ligamento cruzado anterior de la rodilla.

En 2016 los estudiantes de ingeniería Rodrigo Barboza, Jorge Domínguez y Agustín Fernández eligieron la propuesta de proyecto de fin de carrera de los docentes Santos y Simini que consistía en realizar, probar y documentar DINABANG. A este proyecto fueron asociados también los docentes Fernando Silveira, Francisco Veirano y Pablo Pérez.

En 2020, la Universidad de la República (Udelar) firmó un convenio de transferencia tecnológica con la empresa Movi Techology for Life, dirigida por Jorge Dominguez y Rodrigo Barboza, con el objetivo de comercializar DINABANG.

Paralelamente en enero 2021, confirmando la originalidad del prototipo, la Universidad de la República por intermedio de la Unidad de Propiedad Intelectual obtuvo el “modelo de utilidad” concedido por la Dirección Nacional de Propiedad Industrial de Uruguay.

Transferencia tecnológica

“DINABANG vino a llenar un vacío y es una oportunidad que tuvo el país y especialmente la Universidad de aportar algo novedoso que no existía en el mercado”, señaló Simini.  

En diálogo con el Portal de Udelar, Simini expresó que “la aventura de DINABANG es el resultado de un trabajo mancomunado de muchos actores en Uruguay, que está dando sus primeros resultados y está demostrando el éxito que hay cuando existe una sinergia entre distintos actores liderados por la Universidad”.

“El convenio que firmamos con la Universidad tiene dos objetivos. El primero consistió en convertir el prototipo en un producto comercializable porque el DINABANG que hicimos al terminar la carrera no estaba ni cerca de ser una herramienta que el fisioterapeuta o el entrenador deportivo pudiera utilizar en el día a día”, explicó Jorge Domínguez.

“El segundo objetivo consiste en aprovechar el conjunto de profesionales e investigadores que tiene la Universidad de la República para realizar validaciones técnicas que permitan justificar que el equipo es confiable y que mide lo que se compromete a medir. Esto es muy importante porque el DINABANG actual incorporó un gran número de funcionalidades para medir la evolución de las lesiones y para determinar cuándo se le puede dar el alta de rehabilitación al paciente. También sirve para determinar si un deportista está entrenando en una zona segura, lejos del riesgo de lesionarse”, señaló.

“En este sentido el convenio rindió sus frutos ya que nos permitió seguir en comunicación directa con el NIB para generar investigaciones y protocolizar las evaluaciones, es decir para poder asegurar que las mediciones que el aparato realiza, son correctas”.

Domínguez agregó que también se aprovecha la red de contactos de la Universidad con investigadores de Portugal, Brasil, Chile y México, lo que permitió realizar investigaciones conjuntas. “Esto da mucha más confianza a las publicaciones que se realizan porque no dependen de un solo evaluador”, indicó.

Seguir fomentando las investigaciones es “ganar – ganar” para los investigadores y para Movi, afirmó Domínguez. “Las publicaciones en revistas importantes y la participación en Congresos a través de Simini y de Santos llama a más investigadores y, a su vez, nos da difusión en el ámbito académico, lo cual es importante porque nos valida”, expresó el emprendedor.

Joint Venture

A nivel académico, Simini destacó el trabajo mancomunado del NIB con la Universidad portuguesa de Oporto, en la que una de las líneas de investigación refiere al perfeccionamiento y caracterización de DINABANG en base a pruebas de equivalencia con instrumental fijo de laboratorio conocido como “aparato de isocinecia”.

“Este trabajo se desarrolla en el Laboratorio de Biomecánica do Porto con el profesor Rodrigo Zacca en conjunto con el NIB y Movi. Incluso en 2023, el profesor Santos y Domínguez se trasladaron en diferentes oportunidades a Portugal para realizar medidas simultáneas de atletas y voluntarios. Se espera la publicación de los resultados para los primeros meses de 2024 en una revista de referencia de la especialidad”.

“Al igual que las colaboraciones académicas con Chile, Brasil y países europeos, el Convenio de transferencia tecnológica de DINABANG habilita una verdadera joint venture entre la Universidad y la empresa MOVI, cada una dedicada a sus objetivos específicos: académicos y comerciales respectivamente”, indicó Simini.

Regalías para la Udelar  

El acuerdo entre Movi y la Universidad estableció que, una vez cumplida la venta de 40 dispositivos DINABANG en un año, la Udelar comenzara a cobrar regalías por la transferencia tecnológica, concretamente un 4% del precio de venta antes de impuestos de cada aparato vendido. El acuerdo se firmó por 5 años con la posibilidad de renovarlo y en 2023 fueron aportadas las primeras regalías.

“El convenio con la Udelar es de mucha utilidad. Estamos contentos con el compromiso de la Universidad hacia nuestro proyecto y con mantener el vínculo constante con los investigadores universitarios”, afirmó Domínguez, al tiempo que señaló que aportar dichas regalías a la Universidad “no le parece malo”.

La Udelar destina estos fondos a apoyar otros proyectos que podrían convertirse también en productos comercializables a través del NIB o del Instituto de Ingeniería Eléctrica de Facultad de Ingeniería, así como también a través de los llamados centrales que realiza Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad.  

Domínguez recordó que, cuando se desarrolló DINABANG como proyecto de fin de carrera, también fue apoyado con estos fondos. “Si bien son de escasa cuantía, cuando uno es estudiante esa ayuda permite comprar componentes para poder hacer el proyecto”, señaló.

Apoyos recibidos

Para que los estudiantes se convirtieran en empresarios mediaron diversas instituciones del ecosistema emprendedor uruguayo.

El proyecto de fin de carrera DINABANG ingresó en 2018 al ecosistema emprendedor apoyado por Incubaelectro, el programa de incubación que impulsa proyectos innovadores de base electrónica en etapas tempranas de desarrollo que llevan adelante el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), el LATU y Antel.

En Incubaelectro, Movi realizó el proceso inicial de validación de la idea de negocio y la elección del segmento de mercado. “En aquel momento éramos fuertes en aspectos técnicos pero nos faltaba todo lo necesario para formar una empresa”, señaló. “También hicimos las primeras interacciones del producto con clientes e investigamos productos parecidos que ya se estaban vendiendo en otros países”.

Luego fue apoyada por la Fundación Ricaldoni (FJR) donde no solo se asesoró a los emprendedores en aspectos legales sino que también se los acompañó a levantar capital ANII/ANDE para realizar la validación técnica y de negocios.

Los emprendedores también fueron incubados en Ingenio del LATU.

“Estar incubados en Incubaelectro y en Ingenio nos permitió contar con un lugar físico, laboratorio de electrónica, acceso a consultoría y talleres en diversas áreas que ayudan al crecimiento empresarial”, recordó Domínguez. 

“En 2020 accedimos a fondos del programa Emprendedores Innovadores de ANII que apoya el despegue de nuevas empresas innovadoras de alto impacto. Esta financiación la invertimos en buscar la internacionalización, principalmente a Brasil y Chile”, explicó.

“Brasil es un mercado interesante, no solo por su volumen sino porque son muy exigentes con sus registros sanitarios. Nos llevó dos años obtenerlo pero pensamos que a partir de esto nos será más fácil ingresar a los otros países de América Latina”.

“En este momento estamos comercializando en Brasil, Chile, Colombia y México mediante la modalidad de distribuidores”, informó uno de los directores de Movi.

“El ciclo tecnológico de enseñanza, investigacón, asistencia médica y transferencia tecnológica se cumple con beneficio para el país y experiencia ganada por todas las partes. Además, los pacientes y deportistas de todo el mundo estarán agradecidos por un avance tecnológico que les llega, en este caso, desde Uruguay”, sintetizó Simini.

Aquí podés ver los apoyos que brinda la Fundación Ricaldoni a los emprendedores.

Las fotos que ilustran este artículo son gentileza de Movi Techology for Life.